Grooming
¿Qué es el Grooming?
Consideramos Grooming al conjunto de acciones que lleva a cabo una persona sobre un menor, con un objetivo marcadamente sexual. El objetivo puede tener como fin último desde la obtención de imágenes del menor en situaciones sexuales o pornográficas, hasta la posibilidad de establecer contacto físico y presencial con dicho para consumar un abuso sobre éste.
El acosador suele ser un adulto que, en este caso, utiliza los medios o canales que le ofrecen las nuevas tecnologías, utilizando su conexión a Internet o a través de la telefonía móvil.
¿Quién hace grooming?
Podríamos diferenciar tres grandes grupos de acosadores sexuales de menores en relación al Grooming:
Acosadores directos
Son aquellos que frecuentan foros, chats, redes sociales o páginas con el objetivo de identificar menores. Una vez identificados realizan de forma casi directa propuestas de tipo sexual, o solicitan al menor el envío de imágenes íntimas. Con frecuencia presionan para conseguir que dicho/a menor conecte su WEB CAM, o cámara web, con la intención de conseguir las primeras imágenes. No es raro que estos acosadores sean acosadores del entorno, es decir, acosen también a chicas o chicos que no sean menores de edad, e incluso a adultos.
Acosadores oportunistas
Se trata de aquellos individuos que encuentran en Internet imágenes íntimas de menores, no necesariamente pornográficas, y las convierten en objeto de su acoso. Es una de las posibles consecuencias del llamado “sexting”, o tendencia de algunos menores a realizarse fotografías íntimas y colgarlas en determinados lugares en Internet, bien sean públicos o supuestamente privados. La base de este acoso es el chantaje directo sobre el/la menor, amenazándole con difundir a nivel global las fotos o vídeos que ha encontrado, o incluso enviarlos directamente a los conocidos, familiares, etc, del/la menor.
Acosadores específicos
Se trata de pedófilos con un objetivo muy claro: obtener del menor imágenes pornográficas y, si las distancias lo permiten, establecer contacto sexual con el menor. Normalmente se trata de individuos que dedican tiempo al acercamiento, que pretenden ganarse primero la confianza del/la menor y que intentan pasar desapercibidos. Son los más difíciles de identificar y los que más información e imágenes suelen obtener.
En los tres casos el CHANTAJE es la principal arma con la que cuenta el acosador. En el momento en que disponga de imágenes lo suficientemente comprometidas, presionará y amenazará con su difusión con el objetivo de conseguir cada vez más, y llegar incluso a concertar el primer encuentro.
¿Cómo actúan los acosadores?
Los que hemos definido como ACOSADORES DIRECTOS actúan de una forma descarada. En las primera conversaciones ya aparecen el sexo y la pornografía, y solicitan el encendido de la WebCam y la realización de “sexo virtual”.
Nuestra principal herramienta contra ellos es muy clara: NO CONTESTES A SUS MENSAJES.
Los que hemos definido como ACOSADORES OPORTUNISTAS eligen a sus víctimas por las fotos que encuentran de ellos/as en Internet. El llamado “sexting” puede ser el reclamo y la puesta de entrada para estos individuos. Además de NO contestar a sus mensajes, lo que debemos hacer está muy claro: NO CUELGUES EN INTERNET, NI ENVÍES CON TU TELÉFONO MÓVIL, IMÁGENES ÍNTIMAS Y/O COMPROMETIDAS. Antes de subir una foto deberías plantearte dos cosas: ¿estás dispuesto/a a que esa foto llegue a manos de tus padres, hermanos, profesores, etc? Y ¿estás dispuesto/a a que esa foto circule toda tu vida por Internet, y puedan llegar a encontrársela tus futuros hijos/as o tu jefe/a? Si la respuestas a una de estas preguntas es NO, entonces NO SUBAS ESA FOTO. Recuerda que aunque la subas a un sitio, página o perfil privado, en el momento en el que una sola persona de las que acceden la copie, esa imagen ya podrá ser difundida por todo el mundo y para siempre.
Debido a la dificultad para identificar al tercer grupo, al que conocemos como ACOSADORES ESPECíFICOS, creemos importante describir a grandes rasgos el proceso que suelen llevar a cabo, y que dividimos en cuatro fases:
Fase de enganche
Hará poco a poco preguntas con el objetivo de conocer la edad y localización. Después intentará determinar sus gustos e inquietudes, con el objeto de adaptarse a ellos y compartir los mismos gustos. El objetivo es identificar y después generar identificación. Ganar confianza. Seguramente no presionará con preguntas que puedan asustar o despertar la alerta del menor, sino que irá poco a poco, facilitando también él mismo información (falsa, por supuesto).
Fase de fidelización
Al llegar a esta fase este individuo ya se ha mostrado como alguien amable y con quien se puede charlar, con algunos gustos (los más importantes) similares al interlocutor, con algún año más, accesible e interesante... Ya se ha descrito físicamente, etc. Su objetivo ahora es fidelizar y asegurarse de que querremos seguir hablando con él. Para ello establecerá conversaciones sobre temas de interés y de ocio: deportes, música, videojuegos... Después intentará obtener información sobre la situación familiar: cómo es el núcleo familiar, si los padres están separados o divorciados, que tal son las relaciones con los miembros de la familia... El objetivo es convertirse en nuestro “confidente”.
Fase de seducción
A partir de este momento intentará utilizar toda información que ha conseguido y toda la confianza que ha establecido para intentar seducir. Manipulará y condicionará hasta donde pueda. Intentará entonces llevar la iniciativa en el terreno personal, aparecerá el sexo en las conversaciones y también el tema de las fotos o la WebCam. Es posible que envíe fotografías de otros menores para hacerse pasar por uno de ellos. Pedirá entonces que nosotros hagamos lo mismo. Intentará conquistar, halagar y generar un sentimiento de deuda. Que lleguemos a sentirnos mal si no le hacemos el suficiente caso.
Fase de acoso
Llegados a este punto ya tiene una idea muy aproximada de lo que puede obtener. Tiene mucha información, conoce los gustos e inquietudes, conoce la situación familiar, tiene fotos, etc. El objetivo es ya culminar el proceso con el establecimiento de una relación sexual, aunque en un principio pueda ser sólo virtual. En esta fase seguramente se quitará la “máscara” y se mostrará cómo es. Chantajeará, amenazará y manipulará nuestros conceptos.
Utilizará frases del tipo:
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“Tu eres muy inteligente. Sé que a ti no podría engañarte porque te darías cuenta...”
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“Nunca haré nada que tú no quieras hacer...”
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“Lo dejaremos cuando tu digas”
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“Tú decides hasta donde podemos llegar...”
Otros mensajes o frases van dirigidos a justificar la situación desde un punto de vista social:
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“Muchas personas de tu edad lo hacen pero no lo dicen por miedo a sus padres...”
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“En otras culturas las relaciones entre menores y niños son algo normal...”
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“En otras épocas, como en la Grecia Clásica, estas relaciones eran normales...”
Los pedófilos pueden mostrarse casi como “videntes”:
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“... durante mucho tiempo la homosexualidad ha estado prohibida, pero hoy a todo el mundo le parece normal... con lo nuestro (la pedofilia) sucederá lo mismo... sólo es cuestión de tiempo”.
Y hasta aquí, a grandes rasgos, las cuatro fases en las que podemos dividir este proceso, mucho más sofisticado, largo y difícil de identificar.
Pero OJO:
No todos los acosadores siguen exactamente este proceso, evidentemente.
¿Quién sufre grooming?
Según los datos recogidos en la encuesta EU Kids online II, promovida por la Comisión Europea en su programa Safer Internet: uno de cada 10 menores entre 12 y 16 años afirma haber recibido mensajes de carácter sexual.
Cualquier usuario de internet puede sufrir acoso sexual. Ni los acosadores presentan un mismo perfil, ni tampoco sus víctimas.